El concepto de jerarquía exclama poder. Las razones de este pueden ser diversas, como la experiencia, el saber... Quien esté arriba y posea mayor poder decidirá sobre los demás. El mando es unidireccional (de quien está en la cúspide hacia los que están debajo de él) y vertical (únicamente de arriba hacia abajo). Este sistema es rígido debido a que no permite la interacción. La estructura jerárquica está compuesta por un orden.
La heterarquía rompe el modelo de la jerarquía. No hay poder, todos los componentes son independientes. Se cambia el concepto de ordenar, por el de influir: nadie es amo, todos pueden influir en quien quieran, pero hay libertad de pensamiento. En vez de mando se habla de relación (pues no existe el poder) y esta es bidireccional (porque es interacción) y horizontal (porque todos son iguales, no hay nadie arriba ni abajo).
La rigidez operativa del sistema jerárquico –todo debe cumplirse como ordena “el más poderoso”- se convierte en un gran enemigo de este sistema. Muchas veces el lider puede no tener la capacidad de resolver un problema, pero, por su condición de poder, deberá ensayar una solución y termina siendo esta atribuida como posible salida, siendo quizás ineficiente.
La heterarquía es un sistema en el cual los integrantes no piensan en decidir sobre el otro, sino en interactuar. Esta forma de participar puede generar múltiples ideas, consejos y ayudas para que todo un grupo funcione de manera correcta. Tiene mayor libertad de acción.
“Las heterarquías son redes, frecuentemente jerárquicas, interconectadas y sobrepuestas con componentes individuales que simultáneamente pertenecen y actúan en múltiples redes y con una dinámica de todo el sistema que gobierna y emerge precisamente de todo este conjunto de interacciones” dice Jen.
martes, 19 de mayo de 2009
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